2013 2013 2013 2013 2013

De cajeros y mendigos
20.03.2013 | 02:44
Virginia Mataix
He entrado en el cajero del banco sorteando a tres hombres roncando sobre cartones. No se han despertado ante el sonido de la máquina. Ni por los petardos que tirabann los chiquillos de la falla. Ellos a lo suyo, yo a lo mío y los señores de Hacienda enviados por ese Montoro con gafas y corbata a juego color verde pistacho, irruempieron en los casales para inspeccionar las cuentas. Vaya manera de chafar unas fiestas que ya iban menguadas. Van a saco, a expropiar a los pobres para dárselo a los ricos. Lo digo, porque para mí, ya no hay más análisis sesudo y técnico que elaborar.
Los durmientes del cajero no me han hecho nada. Se lo comento a una vecina muy indignada con los sin techo que, según ella, molestan mucho, huelen muy mal y pueden darte un navajazo por la espalda para atracarte. No sé yo que será peor, porque aquí, cada viernes nos acogotan con un nuevo decreto-ley y esta vez ha sido con el retraso de la jubilación y restringir el acceso a las jubilaciones anticipadas. O sea, que el navajazo hipotético que pudieran asestarme los sin nada del cajero, además de no proporcionármelo, me lo pega cada viernes, de manera sutil, el Gobierno del PP.
Menos mal que no nos ha ocurrido lo de Chipre „¿verdad?„ donde la sagrada troika ha impuesto una tasa a los depósitos bancarios. La gente acudió en masa a sacar su dinero, pero los bancos bloquearon las cuentas y cajeros. Un corralito a la argentina, con la excepción de que la movilización social ha sido tal que no les ha quedado más cáscaras que retroceder, de momento y rebajar ese impuesto. Las movilizaciones sociales sirven para ir ganando algunas batallas. En España, gracias a la PAH, a la demanda (ganada) de Mohamed Aziz junto a su abogado José María Fernandez Seijo elevada tribunal de Luxemburgo, se podrá poner coto a los desahucios por esos bancos que alojan a mendigos en sus sucursales.
Los durmientes del cajero no me han hecho nada. Se lo comento a una vecina muy indignada con los sin techo que, según ella, molestan mucho, huelen muy mal y pueden darte un navajazo por la espalda para atracarte. No sé yo que será peor, porque aquí, cada viernes nos acogotan con un nuevo decreto-ley y esta vez ha sido con el retraso de la jubilación y restringir el acceso a las jubilaciones anticipadas. O sea, que el navajazo hipotético que pudieran asestarme los sin nada del cajero, además de no proporcionármelo, me lo pega cada viernes, de manera sutil, el Gobierno del PP.
Menos mal que no nos ha ocurrido lo de Chipre „¿verdad?„ donde la sagrada troika ha impuesto una tasa a los depósitos bancarios. La gente acudió en masa a sacar su dinero, pero los bancos bloquearon las cuentas y cajeros. Un corralito a la argentina, con la excepción de que la movilización social ha sido tal que no les ha quedado más cáscaras que retroceder, de momento y rebajar ese impuesto. Las movilizaciones sociales sirven para ir ganando algunas batallas. En España, gracias a la PAH, a la demanda (ganada) de Mohamed Aziz junto a su abogado José María Fernandez Seijo elevada tribunal de Luxemburgo, se podrá poner coto a los desahucios por esos bancos que alojan a mendigos en sus sucursales.
Comparsa: Los
Comparsistas se la dan de artistas.
2009. Juan Carlos Aragón
Becerra
Pasodoble: Jamás olvidaré
Siempre recordaré la noche de aquel día
en que me vi sin plata y entré en un cajero,
Y me encontré a un mendigo tirado en el suelo,
Con un cartón colgando, donde se leía:
- dénme algo, por favor, que no tengo dinero.
Y el cajero me puso. Introduzca su clave
Y le dije al cajero que nunca en la vía
mientras que un hombre tenga por cama la calle,
de aquí no saldrá más una peseta mía.
Y amanecía cuando una doncella
de uniforme apareció,
despertó a mi amigo el mendigo y le gritó ¡pa fuera!.
Dio un fregonazo y dijo sinvergüenza,
huele a hombre, a vino y a sudor;
Cuando venga el Señor Director, de esto, coño, se entera!.
Y el Director llegó con su cartera
y dije, esta es la mía, no pasa otro día,
mendigo, aquí tiene al que empeña los bienes de nosotros dos.
Y encima lleva chaqueta, camisa y puñeta,
y abrigo y corbata y colonia barata, que huele peor.
Mas Yo no soy pobre porque el Cielo a mí me ha dao
Vino, pan, amigos, tierra y canto y mares por cuatro costaos.
Pero este Cielo, solidario nunca ha sío:
Y si un día no comemos, es que ya se lo han comío.
Y amigo mendigo, mira a ese mamarracho
que solo en su despacho se pone a firmar:
Es el que, sin miramientos, está empobreciendo a toa la humanidad.
Saca del zurrón la faca y asusta al banquero,
pónsela juntito al cuello y hazlo temblar,
igual que a fin de mes nos las ponen los banco y
llegamos temblando y rogando dinero..
Y me encontré a un mendigo tirado en el suelo,
Con un cartón colgando, donde se leía:
- dénme algo, por favor, que no tengo dinero.
Y el cajero me puso. Introduzca su clave
Y le dije al cajero que nunca en la vía
mientras que un hombre tenga por cama la calle,
de aquí no saldrá más una peseta mía.
Y amanecía cuando una doncella
de uniforme apareció,
despertó a mi amigo el mendigo y le gritó ¡pa fuera!.
Dio un fregonazo y dijo sinvergüenza,
huele a hombre, a vino y a sudor;
Cuando venga el Señor Director, de esto, coño, se entera!.
Y el Director llegó con su cartera
y dije, esta es la mía, no pasa otro día,
mendigo, aquí tiene al que empeña los bienes de nosotros dos.
Y encima lleva chaqueta, camisa y puñeta,
y abrigo y corbata y colonia barata, que huele peor.
Mas Yo no soy pobre porque el Cielo a mí me ha dao
Vino, pan, amigos, tierra y canto y mares por cuatro costaos.
Pero este Cielo, solidario nunca ha sío:
Y si un día no comemos, es que ya se lo han comío.
Y amigo mendigo, mira a ese mamarracho
que solo en su despacho se pone a firmar:
Es el que, sin miramientos, está empobreciendo a toa la humanidad.
Saca del zurrón la faca y asusta al banquero,
pónsela juntito al cuello y hazlo temblar,
igual que a fin de mes nos las ponen los banco y
llegamos temblando y rogando dinero..
No hay comentarios:
Publicar un comentario